Alguna vez te has preguntado…… ¿Cuándo se empezaron a usar las crinolinas?
Un elemento distintivo de los vestido de novia y Xv años en la mayoría de los casos, son las famosas crinolinas, aunque para nosotras resulten incomodas debido a que en ocasiones no les colocan forros y dan esa sensación de picazón al rose de nuestra delicada piel, son prendas que permiten realzar nuestros lujosos vestidos y como bien dicen que la belleza cuesta nos olvidamos de la incomodidad y procuramos el buen vestir.
Si no mal recuerdan hace algunos años ocurrían accidentes chusco, el hecho de que la quinceañera se sentara y el aro se levantara, o que la novia al bailar tropezara con el aro, era algo difícil de olvidar de una fiesta, hoy en día gracias a la creatividad y la tecnología podemos lucir los suntuosos vestidos sin accidente alguno y con mayor comodidad. Pero alguna vez te has preguntado si eso ocurría en nuestro siglo como eran antes de, bueno tratare de ilustrarles originalmente era concebida para la ostentación en las cortes europeas, la crinolina arrolló de manera triunfal en el siglo XIX; ninguna otra prenda femenina dominó en la moda femenina durante la segunda mitad del siglo XIX como lo hizo la crinolina. Al principio, se denominaba crinolina a las diversas capas de enaguas que proporcionaban la holgura deseada a la falda. Con el hallazgo del acero flexible, se remplazaron por una estructura metálica con forma de jaula, que abombaba el vestido de modo similar a una campana, hacía que la cintura femenina pareciera muy frágil, y la falda se balanceara con un movimiento muy elegante. Para confeccionar una crinolina se empleaba hasta 60 metros de aros de acero, mientras que para la falda adornada que iba encima, el modisto debía contar con otros 8 metros de material.
Llevar crinolina no era únicamente elegante, sino que también resultaba difícil y peligroso: solo era posible acercarse a una dama hasta una distancia específica, que venía determinada por el espacio hasta el que se extendía la falda. Imagínense que las mujeres sólo podían pasar de lado por las puertas y más de un incendio se vio provocado por las inmensas crinolinas.
Fue hasta 1875 cuando desapareció la moda de las crinolinas y fue suplantado por el polisón, que era un ensamble más estrecho y abultado hacia atrás, formado por un cojín a base de un crin, que se colocaba en el trasero.
Un elemento distintivo de los vestido de novia y Xv años en la mayoría de los casos, son las famosas crinolinas, aunque para nosotras resulten incomodas debido a que en ocasiones no les colocan forros y dan esa sensación de picazón al rose de nuestra delicada piel, son prendas que permiten realzar nuestros lujosos vestidos y como bien dicen que la belleza cuesta nos olvidamos de la incomodidad y procuramos el buen vestir.
Si no mal recuerdan hace algunos años ocurrían accidentes chusco, el hecho de que la quinceañera se sentara y el aro se levantara, o que la novia al bailar tropezara con el aro, era algo difícil de olvidar de una fiesta, hoy en día gracias a la creatividad y la tecnología podemos lucir los suntuosos vestidos sin accidente alguno y con mayor comodidad. Pero alguna vez te has preguntado si eso ocurría en nuestro siglo como eran antes de, bueno tratare de ilustrarles originalmente era concebida para la ostentación en las cortes europeas, la crinolina arrolló de manera triunfal en el siglo XIX; ninguna otra prenda femenina dominó en la moda femenina durante la segunda mitad del siglo XIX como lo hizo la crinolina. Al principio, se denominaba crinolina a las diversas capas de enaguas que proporcionaban la holgura deseada a la falda. Con el hallazgo del acero flexible, se remplazaron por una estructura metálica con forma de jaula, que abombaba el vestido de modo similar a una campana, hacía que la cintura femenina pareciera muy frágil, y la falda se balanceara con un movimiento muy elegante. Para confeccionar una crinolina se empleaba hasta 60 metros de aros de acero, mientras que para la falda adornada que iba encima, el modisto debía contar con otros 8 metros de material.
Llevar crinolina no era únicamente elegante, sino que también resultaba difícil y peligroso: solo era posible acercarse a una dama hasta una distancia específica, que venía determinada por el espacio hasta el que se extendía la falda. Imagínense que las mujeres sólo podían pasar de lado por las puertas y más de un incendio se vio provocado por las inmensas crinolinas.
Fue hasta 1875 cuando desapareció la moda de las crinolinas y fue suplantado por el polisón, que era un ensamble más estrecho y abultado hacia atrás, formado por un cojín a base de un crin, que se colocaba en el trasero.
A pesar de los tiempos hay elementos del vestido que aun seguimos usando, con mejores materiales, estructura y elementos que nos permiten mayor comodidad y mismo efecto, y eso se lo debemos a los avances tecnológicos.
0 comentarios on "LA CRINOLINA IRRUMPE EN EL SIGLO XIX"
Publicar un comentario